Próximo a cumplir cuarenta años de creado, el Seminario Permanente de Investigación Agraria (Sepia) realizó su Seminario Bienal Sepia XX por primera vez en Lima y le sumó a las diversas actividades realizadas un cambio en la presidencia de su Consejo Directivo. Mireya Bravo, doctora y magíster en Geografía por la Universidad Clark (Worcester, MA, EE.UU.), bachiller y licenciada en Antropología por la Pontificia Universidad Católica del Perú asumió como presidenta del Consejo Directivo para el período 2023-2025. En esta entrevista comenta sobre los planes, retos, expectativas y próximas actividades de Sepia.
¿Cómo empieza su vínculo con Sepia?
Empiezo mi contacto con Sepia en el 2008, cuando gané la Beca para jóvenes investigadores. Allí conocí por primera vez lo que era un Seminario Bienal, que esa vez fue en Cusco. Desde entonces mantuve contacto con la comunidad Sepia, estuve pendiente de los eventos que había, de los Seminarios Bienales y de la comunidad de investigadores. Volví al Sepia varios años más tarde, en el 2017, como ponente balance del libro Sepia XVII, cuya edición del Seminario Bienal fue en Cajamarca. Esa fue una segunda etapa muy retadora porque hacer una ponencia balance implica mucho esfuerzo, es un reto grande y me sentí muy honrada de que hubiera sido llamada a ser parte de este encargo y ahí nomás asumí también como parte del Consejo Directivo. Entonces, estuve en el Consejo Directivo desde el 2017 hasta el 2021 y fui editora, con Silvana Vargas, del libro Sepia XVIII, que fue resultado del Seminario Bienal Sepia que se llevó a cabo en Puno en el 2019.
¿Cómo llega a ser presidenta de Sepia?
En noviembre del 2023 el Seminario Bienal de Sepia se hizo por primera vez en toda su historia en Lima. Participé nuevamente del seminario, que volvía a ser presencial luego de haber sido virtual en el 2021 por la pandemia. Allí fui nominada para ser presidenta del Consejo Directivo y elegida en asamblea para asumir el rol hasta el 2025, que acaba mi gestión como presidenta del Consejo Directivo, pero continuaré como miembro del Consejo Directivo por otros dos años más.
En el cargo de presidenta del Consejo Directivo, ¿qué expectativas y metas tiene para su gestión?
Para mí ha sido definitivamente un honor ser nombrada presidenta. No pensé que iba a asumir un cargo así en el Sepia, pero ha sido la decisión de la asamblea y lo asumo con mucho compromiso, con mucha emoción y con la intención de hacer cambios, de enfrentar los retos que tenemos, de involucrar a los jóvenes mucho más en el proceso de investigación, de seguir teniendo a Sepia como un referente para la investigación en el Perú y mantener el estándar, el debate, el diálogo y acostumbrarnos a la modernidad, adaptarnos a nuevos formatos, a nuevas maneras de comunicar lo que hacemos desde el Sepia. Eso en sí ya es un reto. Son nuevos códigos, nuevos lenguajes que estamos todos aprendiendo para engancharse en nuevas formas de compartir lo que hacemos.
Sepia tiene una larga tradición, desde 1985, y tiene muchas investigaciones sobre temas específicos. ¿Cómo hacer que esta información y los trabajos académicos dialoguen con los ciudadanos en un tiempo como ahora donde existe sobreinformación y donde hay debates, incluso en los niveles más altos de toma de decisiones en el país, que muchas veces se basan en información no documentada?
Es un reto grande, que sabemos complejo pero consideramos que tenemos el potencial de abordarlo en la medida en que el Sepia es una comunidad, un espacio donde efectivamente tenemos congresos bienales que pueden llamar a esta mirada más académica, pero somos personas que nos conocemos a lo largo del tiempo y que en los espacios que tenemos, sean seminarios, procesos de formación de jóvenes investigadores o el proceso mismo de hacer las ponencias balance, nos comunicamos, debatimos entre nosotros, tenemos posturas diferentes, nos vamos nutriendo precisamente del aprendizaje en el que sabemos que estamos inmersos.
Entonces, en una sociedad donde tienes esta rapidez de información, esta inmediatez del teléfono que te da la noticia muchas veces no filtrada, lo que propone el Sepia es seguir teniendo estos espacios de diálogo, estos seminarios bienales en los cuales el sentido de la investigación va más allá de lo académico y se convierte en una suerte de compromiso, en tener un grupo de personas, de muchas edades, abiertas al aprendizaje. Eso es lo interesante de Sepia, porque reunimos varias generaciones realmente interesadas en poner en debate las cuestiones importantes en el país y que lo hacen de una manera crítica e informada.
Por ejemplo, un Seminario Bienal se hace en provincia y siempre se realiza en alianza con una universidad nacional y con una organización local. Eso también genera convivencia, el hecho de estar varios días participando de los seminarios, conversar sobre temas que son coyunturalmente importantes. Porque un Seminario Bienal de Sepia se nutre de lo que está pasando en el país, no dice voy a hacer esto porque me gusta sino es voy a hacer esto porque es importante conversar sobre esto ahora. Entonces, convoca a un grupo de personas comprometidas con la investigación, muchos de ellos también involucrados en política pública, en toma de decisiones en cierta medida, a discutir sobre estos temas y hacerlo presencialmente es muy poderoso. Apostamos a que ese sea un tema de interés para convocar a jóvenes, que puedan sumarse a los seminarios bienales, participar, retomar conversaciones en ese formato, pero entendiendo que para llegar a eso también nos toca un trabajo de mayor presencia en redes, poder convocar este interés de personas que quizá ya no están leyendo libros en físico y que necesitan tener esta presencia nuestra en las redes, para invitarlas a ser parte de estas formas quizá más analógicas de conversar, que son las que caracterizan a Sepia y que son, creo yo, también su fortaleza.
¿Por qué los temas rurales, agrarios o ambientales no son regularmente temas de portada en los principales medios de comunicación nacional?
Creo que es cuestión de formato. En el formato de noticia que vivimos, nos nutrimos de la polarización y del conflicto, es un medio que necesita la mirada atenta del espectador en función precisamente de lo polémico. Hay mucha crisis, polarización y conflicto político. Pero la reflexión que tengo es que ese conflicto político y esas crisis guardan relación con procesos y temas que aborda el Sepia. No estamos en la portada, pero esa portada no se puede entender si no se entiende esto otro. Entonces, es un trabajo detrás del telón, desde nuestro aporte para comprender la naturaleza de estas crisis, sus matices, causas y consecuencias. No pretendemos estar en la primera plana, pero sí tenemos los elementos para que ese debate en primera plana sea informado o sea abordado en la complejidad que representa y con la rigurosidad académica que amerita.
¿Cómo se eligen o determinan los temas que constituyen los ejes centrales de los Seminarios Bienales de Sepia?
Para ver qué temas centrales se abordan en cada edición del Sepia hay un debate en asamblea donde las reflexiones del Seminario Bienal en curso y los temas de importancia en el momento guían una lluvia de ideas, que se convierte en el principal insumo para elaborar los términos de referencia del siguiente evento bienal. Por ejemplo, a la luz de lo que está pasando en el Perú, el Sepia que viene plantea como uno de los temas la discusión alrededor de economías ilegales y violencia. ¿Por qué hay tanta violencia alrededor de la economía informal? ¿Por qué hay tantos asesinatos a líderes ambientales? Es un tema actual, de coyuntura, y se lo mira precisamente porque se lo sabe actual e importante. Lo que hace el Sepia es decir: bueno, es actual, analicemos esto también desde una perspectiva académica. Si uno ve el Sepia a lo largo de su historia, se va a encontrar en el camino que cada libro Sepia contiene debates y aportes que nos van mostrando los temas que han configurado la política, la economía, las relaciones sociales, las dinámicas en el Perú en los últimos 40 años.
Da la impresión de que en el país hace ya varios años que vivimos de crisis política en crisis política, donde la agenda parece durar lo que dura la semana. ¿Puede pensarse en mejorar políticas públicas en estos escenarios de inestabilidad política, corrupción y caos?
Efectivamente hay esta sensación de que tenemos un gobierno desarmándose, esta permeabilidad de la corrupción y todos estos problemas en la política peruana. Entonces uno diría: ¿Por qué seguimos haciendo investigación? Si al final parece que nadie nos escucha. Pero desde la academia y desde espacios como el Sepia hacemos lo que hacemos porque también tenemos el genuino interés de informar política pública. Muchas de las personas involucradas con Sepia han estado o están involucradas en política pública, trabajando en ministerios, tratando de hacer el cambio desde ahí. Entonces creo que lo que podemos generar como debate desde Sepia alimenta eso, inspira e informa a las personas que están detrás de los cambios institucionales finalmente y también a un público más amplio. Desde una perspectiva positiva y optimista, desde los debates que planteamos desde el Sepia tenemos potencial de informar los cambios que esperamos puedan devenir en mejoras. El optimismo nos sigue teniendo aquí, definitivamente. Pero es un optimismo que se basa en el hecho de que siempre va a haber una respuesta. No nos vamos a sumir en la desesperación y dejar de investigar porque no es la primera crisis que tenemos ni será la última.
Precisamente sobre el estallido social, han anunciado que se presentará un libro sobre el tema. ¿Cuál es el objetivo de mirar de cerca el tema?
La importancia que tiene para nosotros mirar el estallido social es la necesidad de entender la realidad social peruana, las dinámicas rurales y políticas del Perú. Por ello planteamos explicar y aportar al debate en lo que significa el estallido, comprender que va más allá de un evento de resistencia o protesta, que es preciso entenderlo en su dimensión histórica, cultural, política y económica, entender que no son eventos aislados, que no se trata de un exabrupto de personas molestas porque algo salió de una manera no esperada. No va por ahí. El Sepia ha convocado debate alrededor de cómo lo explicamos, cómo entendemos que ello se haya dado en esa magnitud, haya generado esa respuesta, entendiendo la realidad del Perú rural, las diferencias, las desigualdades, las injusticias, la discriminación, la capacidad organizativa, la inquietud por respuestas, la inquietud por cambio, las tendencias políticas y las expectativas electorales.
Es un tema complejo que tiene como producto concreto una publicación y espacios de debate y reflexión (webinars, podcast, concurso de fotografía). El libro que estamos editando desde el Sepia convocó ponencias de investigadoras e investigadores con experiencia en temas claves para el análisis y, además, el involucramiento de jóvenes investigadores de las regiones en las cuales el conflicto había sido mucho más álgido para que desde sus perspectivas pudieran aportar al debate en nuestro Seminario Bienal XX realizado en Lima en noviembre del 2023. Toda esa información nutre la publicación que está en proceso de edición justo ahora y que además nos brinda elementos para los espacios y productos que vamos a ir difundiendo en redes sociales.
Un tema importante para Sepia ha sido la convocatoria a jóvenes investigadores de todo el país. ¿Qué mensaje le daría a estos jóvenes investigadores?
La invitación está ahí para formar parte de la asamblea de Sepia, donde se prioriza mucho que haya esta inquietud por investigar y que haya publicaciones. Iniciativas como la que tenemos de becas a Jóvenes Investigadores promueven esto. Ahí un investigador presenta su proyecto, es aceptado, pasa por un proceso de mentoría, va al Seminario Bienal, hay un proceso de revisión de pares y pública (durante el Seminario Bienal), y al pasar exitosamente esos pasos ya puede tener una publicación. Empecemos por ahí, para incentivar el involucramiento, y si hay jóvenes que ya tienen sus publicaciones, están más que invitados a formar parte de la asamblea Sepia.
Algo muy interesante que está pasando en Sepia en los últimos años es que, precisamente porque vamos comprendiendo la complejidad de los procesos en los que estamos, la discusión cada vez va más allá de la mirada desde las ciencias sociales. Al principio teníamos esta mirada de lo rural, desde la economía, la sociología, la antropología, y ha sido un camino maravilloso ir entendiendo, con estos lentes, al Perú rural. Poco a poco también estamos dando la bienvenida a miradas desde otras perspectivas disciplinarias que nos permiten plantear los debates entendiendo procesos ecosistémicos y dinámicas en los territorios. Entonces ahí la cancha está abierta para distintas disciplinas, mientras el foco principal sea ese: hacer investigación sobre y desde el Perú.
Luego del Seminario Bienal XX, la presentación en Madre de Dios y de los webinars realizados, ¿cuáles son las próximas actividades de Sepia?
Para empezar, hemos definido las líneas de investigación que tenemos para el Sepia XXI, que se realizará por primera vez en Oxapampa, en agosto del 2025. Eso ya de por sí es muy interesante. Son muy pocos los lugares a los que Sepia le faltaba llegar. Oxapampa era uno de ellos. Ya hemos definido los temas. En breve vamos a estar lanzando los TDR (términos de referencia) que abren el proceso regular que tenemos de un Seminario Sepia, que es la convocatoria de Becas a Jóvenes Investigadores, la convocatoria a ponencias y la organización del seminario, los eventos que se van a tener, las mesas paralelas, las mesas regionales. Todo eso se hará en este caso en alianza con la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, que tiene su sede principal en Pasco, pero también tiene una sede en Oxapampa, y con el Instituto del Bien Común (IBC), que es nuestro aliado local a través de su programa Propachitea.
Hemos tenido además un par de webinars, en el marco del proceso del estallido y vamos a tener más. Se ha lanzado el concurso de fotos, estamos prontos a lanzar los TDR para el Seminario Bienal Sepia XXI, haremos las presentaciones de los libros, tanto el libro sobre estallido social como el libro Sepia XX, y con ello estaremos iniciando formalmente el proceso súper interesante que es lanzar un Seminario Bienal Sepia. Ese es un proceso que estoy muy ansiosa de que arranque porque queremos que este año, en camino hacia el Sepia XXI, las convocatorias para los concursos tengan mucha llegada, que tengamos mucha diversidad, mucho interés y podamos financiar investigaciones que sean de interés y alimenten el debate, y que eso además tenga un efecto multiplicador y genere mayor expectativa sobre futuros eventos Sepia. Esperamos que en Oxapampa tengamos, como es costumbre de Sepia, espacios de debate y aprendizaje que incentiven el interés de jóvenes de formar parte, de paulatinamente hacerse parte también de la asamblea y, por qué no, ser parte del Consejo Directivo y asumir funciones como las que me ha tocado asumir a mí ahora.
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